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Channel: Sado, Sensual y Femenino
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Bitch, I'm Madonna

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   Madonna nos volvió a sorprender la semana pasada (el 2 de mayo) presentándose en la Gala Met 2016 (la gala anual del Metropolitan Museum de Nueva York) con un look lleno de transparencias y reminiscencias sadomasoquistas que llevaba la firma indiscutible de Givenchy, un diseño especial para Ella de Riccardo Tisci. Un culotte de talle alto dejaba ver su trasero y sus pechos se lucían por detrás de la tela de encaje. Por supuesto, no podían faltar las botas altas realzadas por tiras negras que enlazaban las piernas. Como joyas, Madonna optó por una diadema con detalle en la frente y un collar que cubría todo el cuerpo. 

   Las fotos de Enero y Febrero la muestran de frente y de espalda. Marzo y Abril son recuerdos de otra fiesta, la de los Grammy Awards del 2015 en donde Madonna se presentó con transparencias y enseñando el derriere debajo de un precioso corsette rosa y negro con toda la tradición del burlesque, también obra de Givenchy.

   Las fotos siguientes (de Mayo a Septiembre) corresponden a la Met Gala del 2015. Unas divertidas selfies donde se ve a Madonna agasajada y apretujada con Katy Perry (que la mira con deseo, la abraza y la apoya por atrás sin ningún disimulo), Lady Gaga y Britney Spears. A la entrada de la fiesta, lució la capa Rebel Heart diseñada por Moschino combinada con operagloves de cuero. La foto de Septiembre muestra a un galante caballero que no resistió la tentación de arrodillarse a besar la mano de la diosa. Un sumiso. 

   Las últimas tres fotos del calendario reflejan el espíritu de Bitch, I'm Madonna como respuesta a todas las especialistas en moda que se han dedicado a denigrarla por sus looks y sus actitudes, que consideran inapropiados para su edad. Ella es Madonna! 



Enero




Febrero





Marzo




Abril





Mayo



Junio




Julio




Agosto



Septiembre



Octubre



Noviembre



Diciembre



Bitch, ella es Madonna

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   Nacida el 16 de agosto de 1958, Madonna tiene hoy cincuenta y siete años.  Este 2 de mayo volvió por milésima vez a ser centro de las críticas por el look que presentó en la gala del Metropolitan Museum of Art de Nueva York. En forma casi unánime, el establishment fashionista juzgó ridículo para una mujer de su edadsu insinuante traje lleno de transparencias y sus botas altas rematadas con tiras de cuero.  Pero ella sabe que los comentarios negativos que la rodean por su forma de ser no son nuevos y siempre está lista para responder. 

   Luchamos y continuamos luchando por los derechos de los gays pero cuando se trata de los derechos de la mujer, estamos todavía en la edad de piedra. Mi vestido en la Gala fue tanto una declaración política como estética. El hecho que mucha gente considere que una mujer no debe ser feliz expresando su sexualidad con libertad a todas las edades demuestra que aún vivimos en una sociedad que discrimina por la edad y por el sexo. Yo nunca pensé de esa forma tan limitada y no estoy dispuesta a comenzar ahora. Nunca lograremos los cambios sin arriesgarnos. No temo abrir caminos para las chicas jóvenes que vienen detrás mío. La libertad se trata de vivir sin miedos. 

   Arianne Philips, su estilista y diseñadora, también reaccionó indignada. No formé parte del diseño del vestido pero no puedo permanecer en silencio frente a los comentarios ofensivos que Madonna recibe. Es horrible que se siga intentando castrar a las mujeres para que cumplan con lo que la sociedad ha definido como apropiado para su edad. Madonna es una líder de gran fortaleza que ha vivido su carrera haciendo sus propias elecciones como artista y como persona, sin temores y desafiando fronteras. Todas las artistas jóvenes de hoy tienen una gran deuda con ella.

   No hay artista femenina tan explícita y reveladora como Madonna cuando se trata de poner el foco en el poder sexual que las mujeres adultas tenemos si ponemos nuestra libertad en el centro de las decisiones en lugar de prestar oídos a prejuicios ajenos que están llenos de envidia y fracasado resentimiento. Yo cumplo mis cincuenta este año y comparto el sentimiento de rebeldía que Madonna expresa hacia lo que se supone que debe ser el comportamiento de una mujer de cierta edad, especialmente al navegar por el ambiente del BDSM, que siempre parece listo para intentar enrejar la sexualidad femenina bajo normas ajenas. 

   En el año 2009, Madonna se tomó un breve descanso en el tramo europeo del Sticky & Sweet Tour para grabar la música y el video de su nuevo single Celebration. Jonas Akerlund,responsable de muchas de sus producciones más resonantes como Music o Ray of Light, la filmó bailando y seduciendo como lo haría una chica adolescente, con un vestido muy corto y montada en botas altas de Loboutin.  Mientras un desfile de supuestas expertas en moda la azotaban sin piedad (Ya no tiene edad para salir así en un video), la canción tomaba por asalto las discotecas de todo el mundo y en el estribillo Madonna te invitaba a sumarte a una fiesta. Come join the party, it's a celebration, everybody wants a party with you.

    Acordate de Madonna y de su mensaje cuando te decidas a vestirte tan sexy como desees para vivir a fondo tus noches de placer. Dejate el pelo bien largo y libre si es así como te gusta y reíte de los comentarios de la estúpida estropeada que te critica el frizz. Gozá de tus amantes de todos los sexos sin temor a las pacatas que te envidian, lucí sin miedo tus tetas grandes o chicas en un buen escote si es lo que siempre quisiste y salí a bailar a las pistas de la vida. Sumate a la fiesta, es una celebración y todas queremos una fiesta con vos.  







Cleopatra

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   Esta semana, mi Magazine cumple cuatro años. No se me ocurrió escribir sobre ningún balance de lo que he posteado en estos años ni tampoco compartir ninguna reflexión. Mi celebración de aniversario está dedicada a recordar a quien fuera la primer gran Dama Femdom de la historia. Cleopatra, la legendaria Reina del Nilo. 

   En Femdom written by Shakespeare, la periodista Cristina Pérez describe a la Cleopatra de Shakespeare como el apetito insaciable y adictivo de la lujuria. Antonio la llama mi serpiente del antiguo Nilo cuando le concede su espada. En la interpretación shakesperiana que le debemos a Harold Bloom, la serpiente y la espada son símbolos del poder de una mujer fálica. Hoy, gracias a la genial pluma de Indro Montanelli, recordamos el momento histórico del encuentro entre el general romano, poderoso y creído, con su futura amante, reina y dominadora.

   Así lo cuenta Indro:

   Como primera medida, Marco Antonio mandó un mensaje a Cleopatra instándola a reunirse con él en Tarso para responder a las acusaciones, que algunos le hacían, de haber ayudado y financiado a Casio. Cleopatra obedeció. El día fijado para su comparecencia, Antonio se dispuso a recibirla desde lo alto de un majestuoso trono en medio del foro ante la población excitada por el inminente proceso. Cleopatra llegó en una nave de velas rojas, espolón dorado y quilla laminada en plata. La dotación estaba formada por sus doncellas, vestidas de ninfas, que hacían corona a un dosel de lamé bajo el cual ella yacía en un provocador vestido de Venus, escuchando la música que le tocaban con pífanos y flautas.

   Cuando la noticia de aquella extraordinaria aparición sobre las aguas del río Cidno se difundió por la ciudad, todos acudieron al puerto para verla, como hoy acuden para ver a Sofía Loren, dejando a Antonio solo y fuera de quicio. El la mandó llamar. Ella le envió un recado de que le esperaba a bordo a cenar. Furioso, Antonio fue, considerándose a sí mismo todavía como juez y a ella como acusada. Al verla, se quedó petrificado. La había conocido de chiquilla en Alejandría, luego no la volvió a ver más y ahora se la encontraba delante, toda una mujer radiante de belleza, lo que explicaba muy bien porqué hasta César se había quedado prendado. Sus generales ya estaban todos acurrucados a los pies de ella. En el aperitivo, todavía Antonio se puso a acusarla con arrogancia. Pero a los postres, además de Egipto, le había regalado Fenicia, Chipre y casi toda Arabia y Palestina. Ella le recompensó esa misma noche y los generales tuvieron que conformarse con las ninfas. Luego lo remolcó hasta Alejandría donde él olvidó todo lo delicada que era su situación y la de toda Roma.

Indro Montanelli, Historia de Roma,1957.



El reto de ser Dómina

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   Empezar a vivir la sexualidad desde el punto de vista de la Dominacion Femenina es un desafío para muchas mujeres. Yo confieso que mi mejor fuente de aprendizaje son los varones sumisos. Muchas de nosotras llevamos la femineidad sensual como algo natural desde nuestra adolescencia y casi que ni nos damos cuenta del poder erótico que somos capaces de generar a nuestro alrededor. Pero ellos están mucho más atentos porque saben que sin las damas la vida no tiene sentido y han sabido mutar desde lo falocéntrico a lo ginárquico. Cuando nos encuentran, viven la experiencia de la dominación femenina con la felicidad del niño que por fin encontró lo que tanto deseaba. Los niños, desde su inocencia y sus ganas de vivir, suelen ser los mejores maestros.

   A Mí no me interesa educarlos como una tutora ni castigarlos para enseñarles lo que deben hacer. Ellos se entregan por sí mismos, gozosos y felices, para darme lo máximo que pueden dar, premiando mi femineidad sensual con su masculinidad viril y dejándome casi siempre un recuerdo positivo. Es la misión del hombre cuya faena bien terminada provoca el placer a la hembra sádica. El hombre útil que sabe que una hembra complacida es una hembra feliz. La impronta del calabozo Femdom es una prisión liberadora para ellos porque quita responsabilidades tan preestablecidas como asexuadas y los convierte en fieles guardianes domesticados al servicio de la Señora del castillo.

   Trabajar en el servicio era la expresión británica de principios del siglo veinte para definir a las mucamas y lacayos dirigidos por la sabia mano de un mayordomo que trabajaban duramente para que los señores y señoras de la alta sociedad vivieran como creían merecer vivir. En aquella Inglaterra estratificada y protocolar, el sentimiento de merecer una situación de privilegio era naturalizado por la clase superior pero también por muchos de los de abajo. Trabajar en el servicio en una familia aristocrática era un alto honor al que muchos aspiraban y muy pocos eran dignos de acceder. La desigualdad garantizaba la armonía; la sociedad era gobernada por quienes sabían hacerlo y estaban preparados para hacerlo bien. Nuestra sexualidad recrea constantemente esos antiguos rituales de clase. Nosotras somos las dueñas del deseo sexual, entonces me resulta elemental afirmar que nosotras debemos dirigirlo. Nosotras sabemos qué es lo que hay que hacer, cómo y cuando hacerlo. Ellos obedecen y nos sirven. Capitana y auxiliares en la misma nave y hacia el mismo puerto. Un viaje feliz.

   Una vez, parafraseando a Teresa Calandra, la hermosa topmodel argentina de los años setenta devenida hoy en empresaria, escribí que en el mundo de una mujer todo puede ser perfecto. El lema de Teresa en su programa de televisión es Para Nosotras lo Mejor. La dominación femenina propone el desafío de aprender a vivir en un mundo femenino de alta calidad.El reto de ser Dómina implica entender que es ese el mundo que la mujer merece y jamás resignarse a otro de segunda mano.

   Los muchachos que trabajan en el servicio para Nosotras siempre están dispuestos a ponerle el hombro a nuestro desafío. Los varones adoptan un comportamiento casi primitivo cuando se topan con una Dómina. Al instante, bajan la estructura frágil del macho conquistador y asumen sin rodeos y con alegría el rol de lacayos de nuestro placer, como románticos Severines venidos de otros tiempos. Ellos son los primeros en creer que las mujeres nos merecemos lo mejor.

   Será que las hembras humanas del futuro aceptarán el reto de ser Dóminas? Aceptarán vivir con naturalidad y alegría el poder que detentan como Amas y Señoras de sus territorios sensuales?





Yva Richard

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   París era una fiesta, decía Hemingway, recordando el mundo de la Ciudad Luz de las primeras décadas del siglo veinte. Si la ciudad era realmente una fiesta, la lencería de Yva Richard podría haber sido el tema de su novela. O más precisamente, la armadura sensual de las damas de la época.

   Originalmente nacida como una empresa dedicada a la lencería erótica, L. Richard comenzó a fotografiar en 1923 a su esposa Nativa cuando ella mostró la aptitud para modelar sus diseños más sensuales y femeninos. Gracias a esos primitivos books, ha llegado hasta hoy el espíritu sexual y la inspiración de una época maravillosa. Para 1930,Yva Richardya producía los típicos accesorios fetichistas que hoy se lucirían con orgullo en cualquier fiesta Femdom: esposas de cuero y metal, collares con cadenas, fustas, látigos, corsettes con portaligas y botas altas de cuero. Toda la deliciosa parafernalia del mundo del sado de hoy y del sado de cien años atrás. 

   Yva Richard tuvo que cerrar sus puertas en 1943 bajo las sombras de la siniestra ocupación nazi de París. Pero su espíritu continuó viviendo en quienes siguieron sus pasos. Así fue como Nativa Richard fue y es reconocida como una pionera mundial de la ilustración fetichista y sus fotos llegan a mi blog. Bienvenue!  




Enero



Febrero



Marzo



Abril




Mayo



Junio



Julio


Agosto




Septiembre



Octubre



Noviembre



Diciembre



La Diva Femdom

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  Un objeto fetiche es un objeto mágico. Lo mágico es lo que no se explica racionalmente pero que produce tanto placer al poseerlo, al usarlo o al coleccionarlo. El pagar el precio también es parte del placer. Así piensa un auténtico fetichista porque sabe que el objeto va a ser disfrutado por la mujer que él ama, por la mujer que lo domina con su seducción. La mujer a la que él ve como más que a una mujer. 

  Ella es la diva de sus fantasías pero nunca hay que olvidar que ella es real. Las divas somos mujeres reales.

 Ellos disfrutan dedicando su vida a Nosotras que a su vez alimentamos su deseo por complacernos con nuestra altanería y nuestro divismo. El fetiche suele ser la conexión entre los dos extremos y la dominación financiera es el delicioso licor que mantiene esa conexión lubricada de una forma tan injusta, tan desigual y por esa misma razón, tan placentera para ambos. Para muchas mujeres, el tributo o los regalos que exigimos son parte existencialde la relación de dominación que establecemos con los hombres. Así es como siempre nos mantenemos dentro de un status que disfrutamos; una vida plena de detalles femeninos de auténtico divismo que los hombres sumisos adoran compartir desde su privilegiado rol de mayordomos que vigilan que todo marche como debe ser.  





  
   La exhibición explícita de nuestro poder en actitudes y poses de divas suele ser la gota que rebalsa el vaso de la condena hacia esta clase de dominación sexista.  Pero qué puede ser más dulce para una mujer sádica que ser mirada con odio y rechazo en el nombre de una moral ajena y mediocre, tan mediocre como aquellos y aquellas que la predican? 

   Nunca falta en los debates el testimonio de un sumiso como el mío para contar que cargó una mochila llena de zapatosde tacón y sensual lencería durante un viaje larguísimo en avión porque no quería despacharlos en la valija por temor a que se pierdan. Siempre está presente alguna Dominante que, como al pasar, nos recuerda que su marido y su segundo sumiso se dedican a cumplir todas las tareas domésticas y a ocuparse de todos los gastos necesarios para que ella goce de una vida relajada y agradable.
  
   Uno de los tantos charlatanes que suelen pulular en los foros de Internet y las comunidades del BDSM "oficial" en castellano, escribió una vez una columna criticando lo que él consideraba el divismo de las amas y se refirió despectivamente a las actitudes del estilo diva style ridiculizándolas con la frase soy dómina, uso tacos altos y el mundo es mío. Mi sumiso cheshirecat, cuando se decidió a responder en aquel debate, lo sentenció con las siguientes palabras: Para mí y para muchos más,ese divismo es la piedra fundamental de la forma en que vivimos la dominacion femenina. La mujer con actitud y exigencias de diva nos atrae, nos seduce, nos excita y nos brinda las mejores y más placenteras relaciones sexuales.

   Es una forma de vivir el sexo y las relaciones humanas tan simple y sencilla que sólo la triste envidia impide comprenderla. A Nosotras, ellos nos gustan sólo si son sumisos. A ellos les gustamos Nosotras y sólo Nosotras. Si no fuéramos Divas, no les gustaríamos.


Le style, c´est moi!
Cocó Chanel




 

Las chicas de Bill Ward

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   Bill Ward, neoyorquino de nacimiento y nacido en 1919, es unánimemente considerado uno de los padres fundadores del comic erótico. Su biografía ya fue esbozada en esta entrada de mi Magazine cuando presenté a sus preciosas telephone girls. Hoy quiero recordarlo por segunda vez con otra serie de cartoons que pertenecen al mejor período creativo de Ward, alrededor de los años cincuenta. 

   La primera de esta serie es mi favorita; la chica que vuelve de una fiesta de sexo y le pide a su amiga que le recuerde que nunca más debe ir a una orgía en lo de Mary Jo porque no hay hombres. Se lo dice con cara de cansada, con la ropa arrancada y la piel cubierta de besos femeninos. Si lo sabré yo, no hay nada como una fiesta ladies only para quedar de cama. La siguiente es genial: la chica de grandes tetas que atiende el bar le pregunta al empleado de la construcción que trabaja echando cemento si ya está empezando a ponerse duro. Si lo que está poniéndose duro es el cemento o la entrepierna del muchacho, no lo sabemos. La que le sigue es una vampiresa clásica de Ward que aparentemente sólo sabe pegar cartas con la lengua; motivo más que válido para ser contratada de inmediato.

   En las restantes imágenes, la seducción femenina es para Ward un encantador cuadro de costumbres en donde exhibir con cinismo y humor cómo es esto de las bellas y manipuladoras mujeres que siempre obtienen lo que quieren. Desde la chica que intenta escalar una montaña en tacones altos y le reclama al muchacho que la acompaña debiste dejarme vestir el otro uniforme que uso cuando hago autostop hasta las clásicas putas finas hermosamente enguantadas hasta los codos, fumando en boquillas y envueltas en pieles pagadas por sus acaudalados amantes, Bill Ward siempre pone los puntos con claridad y sin vueltas. Uno de los más grandes maestros del Femdom gráfico. 
































































La sumisa. Belle de Jour

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   Belle de Joures una obra maestra sobre el masoquismo femenino y una crítica demoledora a una sociedad normativa que condena a muchas mujeres a la frigidez. Bajo la magistral dirección de Luis Buñuel, Catherine Deneuve le pone el cuerpo a su Séverine con esa fría belleza ensimismada que la haría famosa durante décadas. Yo no puedo imaginar que semejante nombre no haya sido escogido a propósito con la intención de construir un alter ego femenino al personaje de la Venus de Masoch. Séverine es una dulce esposa enamorada de su marido pero incapaz de expresarle pasión alguna. Su vida está atravesada por morbosos recuerdos infantiles mezclados con fantasías masoquistas en donde se imagina atada, azotada y humillada. Una conversación aparentemente trivial la empuja a conocer un burdel regenteado por Mme. Anais, en donde sus fantasías comenzarán a convertirse en realidad por las tardes, bajo el nombre de Belle de Jour.

   Luis Buñuel dijo una vez: Me interesó de la novela algo fundamental y de no haber sido así, no la hubiera llevado a la pantalla. Es el conflicto apasionante entre la conciencia, el sentido del deber de la protagonista y su compulsión masoquista, que creo ha quedado patente en la película.

   La supuesta corrupción de Séverine al prostituirse por las tardes en la maison de Mme. Anais no es otra cosa que una búsqueda del placer que hubiera hecho sonreír al Marqués por la clara identificación del sádico principio de la purificación a través del sexo. Al romper los valores morales y al subvertir el sistema que la oprime sexualmente, la caída moral no es tal sino que se convierte en un ascenso. El burdel es el refugio que le permite escapar de su asfixiante rutina diaria, del rol de muñeca de porcelana que ha sido prefabricado para ella. 

   Realidad y fantasía dejan de ser mundos paralelos cuando uno de los clientes, que no por casualidad es un gangster, se involucra afectivamente con Belle de Jour. Ese hombre machista y violento la conmueve como ningún otro y es quien termina de arrastrarla a su paseo final por las cloacas de la humillación que resulta ser a la vez su redención final. Sintiéndose esclavizada por sus pasiones, Séverine no puede evitar los sentimientos de culpa y arrepentimiento que la conducen a una extraña necesidad de expiación. Cuando un amigo de su esposo la descubre, ella le confiesa Sé que algún día tendré que pagar todo lo que he hecho pero sin esto no podría vivir.

   En sus fantasías, Séverine se veía a sí misma en un papel pasivo, ofreciéndose como objeto al deseo del macho. Así se comporta en el mundo real del burdel. Por eso resulta tan revelador lo que ocurre cuando un cliente resulta ser el clásico sumiso que lleva escondido en su maletín el flogger para ser azotado y le expone un libreto que ella debe seguir, en donde él fantasea con haber incumplido una tarea encomendada y suplica por el castigo redentor. Belle de Jour rechaza atenderlo y por primera vez desde la tarde de su iniciación, Mme. Anais debe retirarla de la habitación y llamar a otra de sus chicas para hacerse cargo. Ella conduce luego a Séverine a la habitación de al lado para que observe la sesión a través de un pequeño agujero en la pared, como lo muestra esta imagen. 






   Buñuel no lo muestra pero lo podemos imaginar: lo que Belle de Jour observa es un sumiso varón siendo castigado y humillado por una mujer a la que le ha pagado con ese fin. Como un hombre puede caer tan bajo? es el revelador comentario que ella hace, sin siquiera pensar en su propia situación, a la que también ha llegado por deseo propio. 

   Ni por sus fantasías de sometimiento ni por su vida en el burdel. Es por esta escena en particular que proclamo a Belle de Jour como la sumisa ejemplar.  Belle de Jour se muestra como el mejor estereotipo posible de sumisa cuando rechaza al hombre que busca a una mujer dominante con la fantasía de ser sometido. Porque lo que ella se niega a aceptar en última instancia es la existencia de un poder propio; un poder que le permita ser dueña y responsable de su sexo y su placer. Un poder sensual y femenino.






Mamie Van Doren

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  De las famosas rubias 3M que incendiaron las pantallas en los años cincuenta y sesenta, Monroe (Marilyn), Mansfield (Jayne) y Mamie, no cabe duda que la primera fue la más famosa pero la última fue por lejos la más sexual, la más pecaminosa y prohibida.

   Nacida en 1931 como Joan Lucille Olander en Dakota del Sur, Mamie ya estaba instalada en Los Angeles para 1942. Elegida Miss Palm Springs en 1948, Mamie firmó en 1953 su primer contrato con Universal Studios y se convertiría en la bad girl por excelencia, una versión platinada de pinup a la Bettie Page capaz de erotizar a hombres y mujeres por igual. En Untamed youth, se consagró como la primera mujer en cantar una canción con ritmo de rock and roll en el cine. Esta es su primera aparición en mi Magazine pero prometo que no será la última. Para mi calendario de julio, Mamie Van Doren.




Enero





Febrero




Marzo




Abril




Mayo





Junio




Julio




Agosto




Septiembre




Octubre





Noviembre



Diciembre

El arte del sado feliz

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   Lo hago porque me hace muy feliz. Esa es la respuesta directa que doy cuando tantas veces me encuentro frente a un menú de preguntas ajenas que buscan entender como es esto de la pasión que me despierta el sado.

   Desde adolescente, comencé a  sospechar la existencia de una maravillosa levedad en mi conexión física con el sexo que no tenía que ver con el tradicional final de la telenovela de la tarde. Mis mariposas no movían las alas cuando escuchaban el Te amaré toda la vida y después el beso. Yo quería más, yo fantaseaba con un jardín tropical de gineceos ardientes.

   Nadie me lo enseñó directamente. No había enseñanzas para una chica adolescente en Buenos Aires a principios de los ochenta. Lo viví porque sí. Claro que tampoco había traumas ni abusos ni mucho menos programas de TV plagados de recetarios eróticos. Yo me fabricaba mis propias novelas: eran más sádicas e inmorales que las oficiales, más embarcadas en la femineidad provocadora y más coqueteadas desde la sensualidad de la deliciosa belleza superflua. Y allí todo era perfecto. Esa era mi fórmula de la felicidad. Mientras muchas de mis congéneres contemporáneas buscaban la felicidad en otros puertos, llamemósle el verso novio - dependiente, en mi barco la sexualidad femenina sin límites era el Norte que me guiaría al pleno gozo de la vida.

    La búsqueda del amor siempre trae implícita cierta cuota de dolor, yo lo buscaba como tantas otras pero también quería vivir el placer crudo. Siempre puse mi goce egoísta adelante de todo. Un psicólogo (o tal vez una feminista) diría que obro guiada por una cabeza que funciona como si yo fuera un macho humano. Primero está la cama; si me gustás, veremos lo demás. La cama no es sólo el coito, que a veces parece ser el único momento sexual definido cuando las mujeres hablan de sexo, sino todo el universo de sensaciones placenteras que se desata cuando mi cuerpo se encuentra con otros cuerpos humanos. Mi innato gusto por el sexo lésbico nació de descubrir que las chicas brillamos porque nuestro cielo está repleto de constelaciones erógenas. No hubo rebeldías ni traumas en ese descubrimiento. Sólo una feliz comprensión de la carnalidad humana. 

   Hay que ser audaz para avanzar y no lo digo con arrogancia sino con la enorme fatiga que conlleva haberte hecho tu propio camino hacia la felicidad desde un cuerpo biológico de mujer con una mente jodidamente perversa. Ojalá pudiera llorar al ver el último capitulo de la cursilería del culebrón o emocionarme con algún baladista latino. Pero no aguanto ni el primer bloque ni la primera estrofa, ambos siempre cargados de lugares comunes. Ojalá pudiera encontrar satisfacción donde la encuentra la mayoría de las mujeres que me rodean. Mis frases son las clásicas de los cabarets, de los boliches ochentosos, de los levantes y de los piropos callejeros. Por eso las siento auténticamente mías. Desbordadas de groserías y de glamour al mismo tiempo, son mi irresistible canto de sirena. 

   Así es como me pongo las baterías de la aventura, de larga duración y que me producen descargas intensas. Me peino la melena, me pinto las largas uñas del rojo más putón, los labios de gloss rosado y ornamento mis pies con unos pumps de tacón alto que me complican caminar pero me dan placer. La sonrisa de Bettie me ilumina. El potenciómetro de la felicidad se corre a full.  Si me masturbo, lo palpito como el goleador del gol número cien, si lo hago con otra mujer es una experiencia para atesorar en mi galería de arte erótico, si lo hago con una chica cross lo siento religión y si lo experimento con un varón esclavo Femdom, es una clase culinaria propia de un gourmet sexual. Si no lo vivo así, me sabe a aburrimiento; a la vida sexual la sigo respirando a través del arte del sado feliz. 









Dadaísmo en el sexo BDSM

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   Cien años atrás, el 14 de julio de 1916, el poeta Hugo Ball leyó un manifiesto frente a los asistentes del Café Voltaire de Zurich. La ciudad se había transformado en un hervidero de intelectuales y artistas procedentes de toda Europa, por obra y gracia de la neutralidad suiza en la primera guerra mundial. El movimiento al que Ball daba formalmente inicio había nacido de las reuniones en el propio Café Voltaire y se denominó dadaísmo. Su hermoso y utópico objetivo era hacer tabla rasa con todo convencionalismo artístico y moral. Con su proclamación de que toda obra humana podía ser considerada como arte, precursor del pop art, de los happenings masivos y de los movimientos contraculturales del siglo XX, Dadá cuestionaba el concepto mismo de arte en un intento supremo por liberar la creatividad humana de toda restricción.

   Mientras tanto en Nueva York, Marcel Duchamp, el pintor francés que había huido de la guerra como tantos otros, se había convertido en el referente de otra efervescente movida cultural. En 1917, la Sociedad de Artistas Independientes a la que Duchamp pertenecía, organizó una exposición de arte sin premios ni jurados. Allí Duchamp presentó una obra que lo haría célebre. Firmó un urinario con el pseudónimo R. MUTT y lo envió a la exposición con el título de Fuente. 






   Así fue como Duchamp y su grupo comenzaron a ser conocidos como los dadaístas de Nueva York. Para 1919, Duchamp realizaría su ready made más famoso: los bigotes y la barba sobre la Gioconda, titulada L.H.O.O.C. que significa Elle a chaud du cul (Ella tiene el culo caliente). En palabras de mi amiga sissy Niní - sobrelafalda: Duchamp hace lo suyo para dinamitar el respeto histórico por el arte, por aquello que se exhibe y se estima como arte, en nombre de la nueva doctrina del dadaísmo. Está usando un procedimiento simbólico quitarle valor histórico a algo o a alguien.




   Un siglo después, el BDSM nos encuentra navegando en una corriente de sexualidad Femdom que también explora formas de dinamitar en forma simbólica los valores patriarcales que solemos tener incorporados como propios en nuestra sociedad. Los hombres siempre necesitaron controlar la propia inseguridad de no poder satisfacer sexualmente a la hembra y enfrentados al abismo del temor, no suelen encontrar mejor método que intentar controlar a la misma hembra. La dominación femenina no sólo rompe todo control sino que propone recorrer nuevas  superficies de placer como el cuckolding y la sissificación, que juegan con el tabú de la ruptura de la identidad masculina tal como ha sido vista históricamente. 

   El cuckolding pone en juicio la capacidad del hombre para poseer a su esposa en su doble acepción de ser el único capaz de llevarla hasta el orgasmo y de ser el único autorizado a poseerla como algo propio que jamás puede cederse porque se necesita dormir con la seguridad de que los hijos (los futuros herederos) son de su sangre. Enfrentando estos temores tan ancestrales, la esposa cuckoldress es libre para gozar de los hombres que la atraen incluso en la presencia del marido cornudo; a veces él debe acompañarla en sus correrías haciendo de chofer o criado, limitado a un rol secundario o simplemente observando.

   En el sissismo, el sumiso es vestido de mujer haciendo entrega de la actitud viril que está asociada a la dignidad del varón. Así como la chica cross se dedica a perfeccionarse como mujer sin que haya necesariamente una excitación erótica de por medio, las sissies son sumisos feminizados por una Dómina mujer con un necesario nivel de forzamiento sexual que puede incluir escenas de sodomía, humillación, ridiculización y prostitución forzada. En la petticoat discipline (disciplina en enaguas) la sissy goza y se complace en entregarse para ser usada por la mujer sádica que la domina como mucama o putita, destruyendo en forma ritual toda relación con la clásica imagen masculina.

   En esta semana en que se cumple un siglo de aquel manifiesto de Zurich que dió impulso a todo un movimiento que fue artístico y revolucionario a la vez, quiero afirmar que al celebrar nuestras sesiones, las dominatrices estamos haciendo mucho más que entregarnos al goce sádico de los sentidos. Al estar nuestros rituales tan cargados de simbolismos, nos hemos convertido, quizás sin saberlo, en las modernas dadaístas del sexo. A lo largo de los años, entre orgasmos y risas, hemos transformado a los cuerpos humanos sumisos en orgiásticas obras de arte que encubren sutiles operaciones de desmonte de todos los convencionalismos patriarcales. A cien años del nacimiento de Dadá, creo que Hugo Ball y Marcel Duchamp estarían muy orgullosos de Nosotras.





Mitos y realidades de mi 24/7

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   Si hay un tema que siempre levanta polémica en los debates sobre BDSM y dominación, ese tema es el remanido veinticuatro siete. Para los que no saben de qué se trata, se suele llamar 24/7 a la relación de dominación - sumisión que se desarrolla las veinticuatro horas del día durante los siete días a la semana.

   Están quienes sostienen que el veinticuatro siete es un constructo y no es una realidad porque nadie sesiona todo el tiempo. Quienes así piensan, creen que la vida de dominación y sumisión se limita a la sesión y a sus protocolos pero no a lo cotidiano. Están quienes sólo mantienen contacto vía Internet, no se conocen, jamás tuvieron sesiones, ni siquiera sexo, pero igualmente sostienen que viven la relación veinticuatro siete mediante alguna especie de conexión sexual a distancia.

   Es muy común que se nos pregunte a las mujeres dominantes casadas con maridos sumisos cómo hacemos para congeniar el sexo Femdom con la vida en familia. No es muy diferente a lo que ocurre en el ámbito laboral: nadie le pregunta a un hombre como hace para combinar su carrera y su familia (como si los hombres no cuidaran de su familia tanto como las mujeres). 

   El BDSM es sexo y en mi casa los hijos no tienen contacto con la vida sexual de sus padres. No es que nos finjimos vainillas delante de ellos; simplemente protegemos nuestra intimidad sexual lejos de sus miradas. No importa lo que ocurre en dicha intimidad. La clásica pregunta intimidatoria que nos suelen hacer a las dóminas casadas Tenés a tu marido atado y enjaulado delante de tus hijos? pasa por alto que no sólo la vida sexual de los adultos debe mantenerse al margen de los pequeños sino que una dómina no es dómina por atar, enjaular o azotar. A mí no me gusta atar ni enjaular y no me considero menos dominante por ello. El manejo de técnicas no te convierte en dominante. Es más, estoy segura que la dominación reducida a las clásicas técnicas de castigo empobrece, aburre y nos vuelve a las mujeres mansas servidoras de goces masocas ajenos.  

   Estoy en pareja con mi sumiso desde hace quince años. Estamos casados y tenemos hijos. Por eso afirmo que mi marido es mi sumiso veinticuatro siete. Tenemos códigos de comunicación que nos permiten sexualizar muchas actividades cotidianas aunque dichos códigos son semiinvisibles para quienes nos rodean. Para nosotros, como lo dije más de una vez, el sado hogareño es una aventura, un viaje que no lleva a ningún lado en particular, que se recorre por el mero placer del nomadismo y el día que se acabe esa ansia de buscar y vivir experiencias en pareja es porque ya no estaremos en este mundo. 


El amor es una emoción. El sexo es diversión física. 
Linda  Lovelace 







La revista Marquis y el arte de Peter Czernich

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   Peter Czernich es uno de los más renombrados fotógrafos fetichistas y eróticos de las últimas décadas. La revista Marquis es la nave insignia de su obra; desde sus páginas, notables modelos como Dita Von Teese, Masuimi o Emily Marilyn empezaron a escalar las cimas de la fama. 
   
   Czernich ingresó en el mundo de la fotografía fetish en 1990 como editor de la revista O, interesándose poco a poco en el tema mientras detectaba y corregía los errores que cometían los fotógrafos. Al poco tiempo, comenzó a fotografiar por su cuenta a su novia, la futura modelo fetish Anette K. Hoy suele decir con mucho humor que lo primero que un novel fotógrafo erótico necesita es una novia bella para poder practicar y aprender. Los primeros tiempos fueron muy difíciles dado que las modelos se negaban a posar con ropa de látex o zapatos muy altos porque no querían ser clasificadas como modelos porno o prostitutas. Hoy sus modelos editan sus propias páginas en Internet y van a los codazos entre ellas para conseguir que él las fotografíe.

   La mejor definición que he leído sobre qué es la belleza fetichista es la de Peter Czernich. La belleza fetish es todo lo que sea ultrafemenino.Me gustan los atributos femeninos exagerados: tetas grandes, piernas largas, pies arqueados en tacones ultraaltos, cinturas de avispa, ropa brillante y muy ajustada, maquillaje extravagante, peinados artísticos, uñas locas. Me gusta el arsenal completo.


   Belleza fetish es todo lo que sea ultrafemenino. La que escribe este blog, opina lo mismo.




Enero



Febrero




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Junio




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Octubre



Noviembre




Diciembre



http://www.bedeseme.com/2011/10/peter-w-czernich-issue-13/


http://www2.peterwczernich.com/de/3/


Catsuits de ayer y de hoy

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Julie


   El catsuit es un must entre los outfitsclásicos de la dominación Femdom. No es difícil entender el porqué: el catsuit nos regala a las mujeres fetichistas una gran libertad de movimientos y se siente como un sedoso guante que se ajusta a nosotras. El catsuit se adapta a la forma de mi cuerpo; por eso se dice que no hay dos iguales; cuando me pongo uno, es como una segunda piel que llevo conmigo adondequiera que voy.  

   En España se acostumbra a llamarlo mono y en los países anglosajones se lo conoce también como skintight, skinsuit o bodysuit; todas terminologías técnicas que me resultan muy poco sensuales; a Mí me gusta seguir llamándolo catsuit porque cuando decido ponerme uno, quiero que me transmita el andar felino y el poder de una Tigresa sexual. Como ocurre con las botas altas y con los guantes largos, el catsuit es una prenda que potencia la sexualidad de la mujer que lo viste porque nuestra cultura occidental ha creado una mitología alrededor de su uso.

   En los años sesenta, de la mano del rock and roll, de la liberación femenina y del desarrollo tecnológico de telas expansivas y brillantes, el catsuit representaba a la nueva mujer poderosa que avanzaba sin pedir permiso. Las chicas ajustadas que se subían a las motos o protagonizaban películas de ciencia ficción rompieron para siempre con el molde de las muñecas de porcelana de la década anterior como Audrey Hepburn o Marilyn Monroe. Pero al mismo tiempo, las nuevas femmes fatales jamás resignaron femineidad; ellas fueron la combinación perfecta de poder femenino y sex appeal durante las décadas siguientes en la pantalla y sobre los escenarios inspirando a su vez a millones de seguidoras que lucieron sus catsuits en discotecas, dungeons y alcobas Femdom.

   Así llegamos al siglo XXI. Nunca antes en la historia del cine hubo tantas bellas mujeres vistiendo catsuits gracias a las megaproducciones de Hollywood, muchas de ellas basadas en sagas del mundo del comic. Algunas de ellas se han hecho famosas junto a los personajes que encarnaron como Carrie Ann Moss (Matrix), Kate Beckinsale (Underworld), Angelina Jolie (Tomb Raider), Milla Jovovich (Resident Evil), Sienna Miller (The rise of Cobra), Malin Ackerman (Watchmen), Scarlett Johansson (Iron Man) y siguen las firmas....

   Para una fetichista madura como yo, este panorama visual debería ser una fiesta pero confieso sentirme un tanto decepcionada. Siento que en algún lugar del camino entre los años sesenta y hoy, el catsuit ha perdido mucho de su seducción original. No me siento demasiado atraída por las nuevas heroínas que se van sumando año tras año al ritmo de los estrenos, conformando una colección de bellas chicas superpoderosas en actitudes siempre combativas, expertas en disparar sofisticados armamentos, rodeadas de sangre y violencia, luchando y venciendo a los hombres en terrenos históricamente masculinos de fuerza y poder. Ni siquiera las remakes de viejas perlas fetichistas como Emma Peel en The Avengers o Gatúbela en la última de las Batman han podido escapar a esta tendencia; cuando Uma Thurman o Anne Hathaway visten sus negros catsuits, componen personajes femeninos hermosos, potentes y estilizados pero encuentro en ellas muy poco de aquella pícara sensualidad que hiciera tan famosas a Diana Rigg y a Julie Newmar.   

   En mi memoria, la sensualidad de la mujer va siempre asociada con sus movimientos lentos y acompasados, con la cadencia que lleva el ritmo de las caderas femeninas. Me atrevo a denunciar a los directores de cine que viven absortos ante la demanda insaciable de vértigo, velocidad y efectos especiales cada vez más estremecedores pero al mismo tiempo han olvidado el glamoroso arte seductor de la mujer que camina en catsuit y tacones altos contoneándose con aires felinos y derramando a su paso la miel de una sonrisa. Aunque quizás ya sea tarde para empezar a reclamar por lo que parece pertenecer definitivamente a otra época.

   Que Julie y Diana os lo demanden.



Diana


Julie

10 Sensuales y Femeninas. Felinas en Catsuits. El nacimiento del fetiche.

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Raquel Welch


Marianne Faithfull



   En la columna pasada (la puedes leer inmediatamente debajo de ésta), me explayé a gusto opinando sobre cómo han cambiado las heroínas en catsuits que van apareciendo en films y series de televisión desde los años sesenta hasta hoy. Resumo mi opinión en una frase: Siento que en algún lugar del camino entre los años sesenta y hoy, el catsuit ha perdido mucho de su seducción original. 

   Creo que debo hacer algo para intentar recuperar esa seducción, esa magia. Einstein solía decir que cuando se perdía en un razonamiento matemático, lo mejor para él era volver a la pregunta inicial. No sé si Einstein era fetichista de alguna cosa, pero yo también opino que en cuestión de fetiches, cuando se siente una pérdida, siempre conviene volver a las fuentes. 

   Segùn Wikipedia, la historia del catsuit en el cine tiene un remoto antepasado en un film mudo del año 1915 llamado Les Vampires. Pero el mundo los reconoce como una prenda femenina fetish por excelencia en forma masiva a partir de la década del '60 y principios de los '70. Entonces viajemos hacia allá, de vuelta a los tiempos en donde el fetiche del catsuit recién nacía. Estos diez videos son protagonizados por inolvidables divas que representan a todas aquellas que supieron construir una imborrable arma de poder y seducción vistiendo trajes de gatas sensuales. Mis elegidas son Mamie Van Doren, Ursula Andress, Brigitte Bardot, Rosanna Podestá, Ann Margret, Raquel Welch, Mónica Vitti, Diana Rigg, Marianne Faithfull y Julie Newmar. Ellas son mis diezFelinas en Catsuits. El nacimiento del fetiche.




Mamie Van Doren


Felina 10.Mamie Van Doren.Guns, girls and gangsters.

El afiche del film de 1959 la promocionaba como Blonde dynamite! Una rubia platinada cantante de cabaret de Las Vegas, envuelta en un triángulo amoroso entre gangsters. Mamie luce un catsuit en strapless y brazos descubiertos en este número de music hall, Cualquier cosa que tu corazón desee, rodeada de bailarines  que la miman y la adoran.





Felina 9.Ursula Andress.What's new, Pussycat?

El primer guión que escribió Woody Allen en su vida, para una comedia poco recordada que simboliza el cine de los swinging sixties. Peter O'Toole es el director de una famosa revista de moda parisina y se ve constamente asediado por tres bellas de la época: Romy Schneider, Capucine y Ursula Andress, que ya era famosa por su actuación como la primera chica Bond en The Satanic Dr No. En la escena, Ursula intenta seducir a Peter estirándose en la cama y jugando con sus pies, una rubia pantera ajustada en su catsuit con estampado de serpiente.





Felina 8.Brigitte Bardot.Comic strip.

Un video raro para una rara Brigitte con una hermosa peluca negra en lugar de su clásica melena rubia y transfigurada en una heroína de comic vistiendo un catsuit lila, la capa y las infaltables botas altas, en medio de coloridos globos al mejor estilo camp de la serie Batman. La canción es de Serge Gainsbourg, su pareja de entonces, que aparece con ella en el video y está incluida en su álbum de 1968 titulado Bonnie & Clyde.





Felina 7.Rossana Podestá.Seven golden men strike again.

Rosanna Podestá fue una de las más bellas actrices italianas de los años cincuenta, consagrada en films mitológicos como Ulises (1955) y Helena de Troya(1956). En esta comedia de 1966, se calza el catsuit negro para formar parte de una banda un tanto atolondrada de supuestos gangsters que se ven mezclados en un turbio asunto con un dictador sudamericano.




Felina 6.Ann Margret.Tommy.

Un film clave en la contracultura de los primeros setenta, dirigida por Ken Russell y con un casting rockero de lujo que incluía a Tina Turner, Eric Clapton y Elton John además de los cuatro The Who originales. Esta es la célebre TV scene, una de las escenas más fuertes de toda la película en donde la sexy pelirroja, en pleno trip de alucinaciones, toma champagne envuelta en una lujuriosa capa de pieles que dejan entrever su sexy catsuit blanco mientras intenta inútilmente huir de la imagen de Tommy que la persigue desde la pantalla de su televisor.





Felina 5.Raquel Welch.Fantastic voyage.

De pelo corto y apenas conocida por entonces, Raquel Welch forma parte de la tripulación de un submarino miniaturizado hasta un tamaño microscópico, que es inyectado en el torrente sanguíneo de un científico para curarlo de un daño cerebral. El equipo médico del submarino dispone de una hora para lograr su misión y salir del cuerpo antes de recobrar su tamaño normal. Fantastic voyage es una de las más recordadas películas de ciencia ficción de todos los tiempos y lanzó a Raquel al estrellato. El traje blanco que lucía sus curvas al detalle preanunciaba la llegada de las heroínas espaciales en catsuits que protagonizarían tantos éxitos de ciencia ficción en los años setenta y ochenta como Jane Badler, Ornella Muti o Dorothy Stratten. Mis 10 Sensuales y Femeninas. Star Wars Fetish está dedicado a ellas.





Felina 4.Mónica Vitti.Qui commincia l'aventura (Blonde in black leather).

La historia de la chica motoquera vestida de pies a cabeza de radiante cuero negro que levanta a otra en un lavadero (Claudia Cardinale) y juntas buscan su destino en la libertad de las rutas italianas. Esta escena es un monumento al fetichismo: un joven lustrabotas se dedica, con esmero y dedicación propia de buen sumiso, a lustrar el catsuit de Mónica poniendo especial cuidado en las tetas mientras la bella rubia refleja en sus ojos verdes cierta incomodidad que no le impide dejarse llevar por el placer.






Felina 3.Diana Rigg.The avengers.

De ella se dijo que era más británica que tomar el té de las cinco mirando al Big Ben. Nacida en Yorkshire en 1938, Diana parecía marchar hacia la consagración en la escena teatral shakesperiana de Londres cuando decidió presentarse en 1963 a un casting televisivo. La consagración la alcanzó entonces pero no fue sobre la tablas del Globe sino en las pantallas de la TV donde Diana y su coequiper, el inolvidable Patrick McNee compondrían una pareja de detectives inigualable, plena de glamour y fetichismo ella y un verdadero gentleman él, con el aderezo del sense of humourtípicamente inglés que fue la marca registrada de una serie que sigue sumando legiones de fans después de cincuenta años de emitida. Sobre fines de los sesenta y en los años setenta, Diana retomó su carrera teatral y tuvo algunos éxitos en el cine; el más recordado fue ser chica Bond en On Majesty's Secret Service donde encarnó a la condesa Teresa, la única que hasta la fecha fue capaz de llevar a James Bond al matrimonio. Diana Rigg, pionera Femdom es la entrada dedicada en mi blog a la sexy detective Miss Emma Peel que se luce en este video, a puro florete y catsuit, dándole una lección de esgrima a Sir Patrick.   






Felina 2.Marianne Faithfull.The girl on the motorcycle.

Naked under leather (Desnuda bajo el cuero) fue el otro título con que se difundió este film fetichista, un clásico de la vanguardia de mediados de los sesenta. Nunca imaginé que terminaría siendo una película de culto dijo Marianne hace un tiempo al recordar la obra de Jack Cardiff que sellaría para siempre la relación entre el catsuit de cuero, la rubia en la moto y el deseo sexual. It's like skin. I'm like an animal, susurra ella extasiada, en el climax. Su expresión orgásmica al meterse desnuda dentro del catsuit, cerrar la cremallera y tomar el casco para montar su Harley Davidson, definió para siempre a un género entero de bikegirls rebeldes que huyen buscando la libertad. La escena con los oficiales de la frontera y el encuentro con su amante Alain Delon son otros momentos de regodeo fetish para el ojo de la cámara.





Felina 1.Julie Newmar.Batman.

Ella es sexy, rápida, está siempre alerta, es inteligente, sagaz y también una embaucadora sorprendente y vistosa. Tiene un cuerpo que usa inteligentemente y es dominante, exactamente como un felino. Además el show te daba la oportunidad de ser verdaderamente mala e indecente, cosa que sólo las actrices de cine clase "B" podían hacer en esa época y a mí me resultaba muy divertido.

Julie Newmeyernació en California en 1933 y fue el prototipo de la big beautiful woman con sus ciento ochenta centímetros de altura y una portentosa figura de reloj de arena ganada durante sus años de bailarina y coreógrafa. Tras algunos éxitos menores en el cine, tuvo la fortuna de estar en el lugar y en el momento exactos para ser llamada por los productores de Batman a protagonizar a la villana más hermosa y sexy de todos los tiempos. Desde su aparición como Catwoman, su éxito fue tal que el catsuit y su personaje han pasado a ser sinónimos. Quienes conocen la historia detrás de las cámaras, saben que fue la propia Julie quien hizo modificar el diseño de su traje para que el cinturón cayera sobre sus caderas y no en la cintura para así aumentar el efecto visual de sus prominentes atributos que se aprecian mejor que nunca en los lujuriosos segundos que van de los 1:42 a los 1:55.




Y si hablamos de catsuits y de la vieja serie Batman, no podemos olvidar a la bella y deliciosa Batichica Yvonne Craig, fallecida el año pasado. Montada en su moto y enfundada en su catsuit violeta, llena de colorido e ingenuidad, Batichica es hoy un prototipo de sumisa naive, el alter ego perfecto para la pérfida Julie. Aquí están las dos juntas, componiendo una verdadera sinfonía de gracia y fetiche.





El catsuit original que Julie vistió en la serie se exhibe desde el año 2008 en el tercer piso del Smithsonian Institute, como parte de las colecciones del National Treasure of Popular Culture. Espero algun día poder visitarlo.



Julie Newmar  presentando su catsuit en el Smithsonian Institute


No rompas el hechizo

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   Una impostura es un engaño con apariencia de verdad. Toda ficción impostora escrita o actuada promueve una suspensión del juicio; el espejismo es creer que lo que está pasando es cierto pero sabiendo que no lo es. Sabemos que Amas y esclavos no son otra cosa que fantasías porque nadie es Ama de nadie. Pero también sabemos que las mujeres somos dueñas de un poder sexual que nos permite someter desde la seducción. Nuestra dominación es una impostura como todas las demás pero se codea con la verdad. 

   Las sesiones Femdom, siempre recargadas de fetiches y protocolos jerárquicos de adoración, nos recuerdan en algunos aspectos a los antiguos teatros del terror de las ejecuciones públicas que representaban puestas en escena más que patíbulos de sentencia. Había una impostura detrás de la condena del reo porque lo que se buscaba en realidad era grabar en la memoria del público la reafirmación de una autoridad. Así también los ceremoniales clásicos en la dominación femenina buscan tocar las fibras más íntimas de quienes participan para alimentar el deseo de someter y de ser sometidos. 
Ya lo decía Hemingway: no se puede escribir un sentimiento pero podemos recrear aquella escena que lo detona. 

   Una vez, un muchacho de unos veinticinco años, me confesó después de un encuentro espontáneo en un reservado de una disco swinger: Yo sólo vine a coger pero desde que la ví, sólo pensé en tener algo, lo que sea, con usted y me quedé con la mente en blanco. Es que para entrar a ese mundo de maravillas de la dominación desde la posición sumisa, se requiere de un ejercicio de suspenso temporario de la realidad para poner la mente en blanco y olvidarse del estado de derecho, de la igualdad de las personas y del consenso en las relaciones. 

   Cómo es que las Dóminas, con una combinación de ropas negras y actitudes entre señoriales y autoritarias, nos llenamos de placer y acrecentamos nuestras ansias de someter? Porqué las chicas sumisas y la mayoría de los varones se sienten invadidos por deseos irrefrenables de ser conquistados por Nosotras? Cómo pueden tocarnos estas fantasías de una manera tan profunda? Sólo porque quienes participamos las creemos reales.

   Una película protagonizada por una heroína de acción busca que el espectador se divierta y disfrute la ficción. Pero a veces se olvida que cuando se quiere explicar o racionalizar un personaje, éste termina siendo poco creíble. El sexo Femdom es una fantasía que provoca placer y diversión a todos los que participan pero si nos ponemos a analizar los costados psicológicos de porqué hacemos lo que hacemos o si pretendemos justificar racionalmente el goce que sentimos, la diversión se termina. Si una dómina se pasa explicando todo el tiempo que en realidad es una mujer como cualquier otra o se empeña en visibilizar sus aspectos menos glamorosos, después no resulta creíble verla montada en toda la parafernalia fetish y exigiendo ser obedecida y adorada. Si el hechizo se rompe una vez, ya no puede ser reconstruido.

   Mi querida amiga Carol LadyLu lo expresó tajantemente y hago mías sus palabras. El sumiso que entra vía Internet en un perfil de un Ama, busca a una mujer dominante con todas las letras, sádica, con cierto estilo, y que al verla, la diferencie del resto de las mujeres que él conoce y le genere la necesidad imperiosa de entregarse a Ella. Pero no le interesa ver sufrimiento donde tiene que haber fantasía. Porque en este juego, si elegiste ser Reina, acordate que sos la pieza mas valiosa del ajedrez, mantené la altura, el misterio y la fantasía que eso implica. No rompas el hechizo.





Violet Chachki, primavera drag

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   A los 19 años, un muchacho norteamericano llamado Jason Bardo decidió ser Violet Chachki. Según Wikipedia, eligió el nombre Violet en homenaje al personaje de Jennifer Tilly en el film Bound, donde interpreta a una elegante morocha, amante de un millonario, que tiene una fogosa relación lésbica con una mujer trabajadora (Gina Gershon) mientras que Chachki es una deformación de la palabra yiddish tchochke que representa un objeto que es decorativo por lo bello y no por lo funcional. Toda una declaración de principios para quien fuera la ganadora de la séptima temporada de RuPaul Drag Race en el 2014. Para septiembre, el mes de nuestra primavera, llega a mi blog Violet, una belleza drag.




Enero



Febrero



Marzo



Abril



Mayo




Junio




Julio



Agosto



Septiembre




Octubre



Noviembre



Diciembre



Adulterio Femdom

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Es una cosa maravillosa encontrar en la propia y honesta mujer las delicias sensuales que generalmente se encuentran sólo con libertinas o con prostitutas. 

Leopoldo Sacher Masoch


   En el adulterio Femdom, todas las definiciones nos hablan de una naturaleza salvaje en donde la hembra busca el macho más potente y mejor dotado para aparearse con él.  Los amantes se llaman studs (padrillos, potros sementales) o bulls (toros) mientras que el marido cornudo es el cuckold, denominación inglesa de un ave que suele criar en su nido a hijos que no son propios. Las definiciones no son para nada técnicas: nos golpean de lleno en lo animalesco, en lo primitivo y nos remontan al milenario temor del macho humano a ser engañado por la hembra que encuentra el placer sexual en un competidor.

   En la alternativa opuesta al cuckolding, el adulterio del hombre es consentido por una esposa sumisa que se llama cuckquean. Su escasa relevancia pone en evidencia que la raíz de este juego reside en la ruptura de un tabú que en este último caso no existe. No hay tabú y no puede haberlo cuando las esposas han consentido a las amantes de sus maridos durante siglos.

  El cuckolding se caracteriza por la actitud sumisa del marido ante los deseos de su esposa antes, durante y después del acto sexual adúltero. Cuckolding no es poliamor, swinging o pareja abierta, todas formas de sexo no monogámico en donde los integrantes de la pareja coordinan su vida sexual desde un plano de igualdad. Hay un componente de humillación en el cuckolding: debe existir un carácter sometedor por parte de la mujer casada. Esa humillación no suele ser tal en la realidad; es más bien una sensación vista desde el afuera porque todos los maridos cuckolds que conocí (empezando por el mío) están orgullosos y felices de su condición. Ellos aman a sus tigresas, las acompañan en sus correrías y están siempre listos a brindarle todo lo necesario para que ella disfrute libremente de todos los amantes que desee tener.

   A nivel fantasioso, el cuckolding suele emparentarse con la sissificación. Para un marido cornudo, el ser obligado a presenciar el coito del stud con su esposa mientras está vestido de mujer, refuerza la humillación y la destrucción de su imagen viril. De la misma forma, el uso de dispositivos de castidad masculinos que extienden el celibato del marido, explotan al máximo el desprecio por su aptitud para el coito

   En mi caso, disfruto con mi marido sumiso de la sissificación pero solamente en la intimidad. En mis prioridades de esposa cuckoldress, él debe cumplir una función práctica como custodio, sirviente y chofer porque para eso lo necesito. Tampoco me interesa ponerlo en castidad pues jamás me privaría del sexo amoroso que él me brinda. El único ritual que exijo luego de un encuentro es una larga sesión de sexo oral para que él sienta con su lengua el aroma del condón que usó el stud.






   Estas son mis definiciones de lo que es y no es el adulterio Femdom. No son definiciones redactadas desde un punto de vista moral, al estilo de los clásicos decálogos del BDSM (El Amo debe velar por la integridad de la sumisa y blah, blah, blah) sino que son consideraciones prácticas, basadas en años de experiencia, que entiendo que deben cumplirse para que el cuckolding conserve el sabor de lo transgresor, su conciencia de tabú milenario y su esencia sexista.  

   Cuckoldress y cuckold deben tener una relación estable y sólida ante la sociedad. Si incluye matrimonio formalizado e hijos en común, mejor.

   La cuckoldress no sólo no debe ocultarle al cuckold sus encuentros con los studs sino que debe hacerlo partícipe de cómo se viste y se maquilla lo más sexy posible para excitar a su amante.

   El stud debe ser más atractivo sexualmente que el cuckold, tanto por su físico como por el tamaño de su pene.

   La cuckoldress debe dominar al cuckold mediante el adulterio. El adulterio Femdom es una técnica de sometimiento del hombre porque resalta el poder sexual de la mujer. El cuckold debe ser sumiso y sostener la actitud inherente a ese rol. No es un wifewatcher o un swinger.

   No es recomendable que la cuckoldress tenga un stud fijo. Los roles pueden llegar a confundirse.

   La cuckoldress puede o no humillar verbal o físicamente al cuckold durante el coito con el stud. El cuckold puede o no estar sissificado por la cuckoldress como mecanismo de humillación o para reforzar el rol masculino del stud. El cuckold puede o no estar sometido a períodos de celibato y castidad como parte de los mecanismos de humillación.

   Esté o no sissificado, el cuckold puede o no darle sexo oral al stud para facilitarle la erección. Pero la penetración es privilegio de la cuckoldress por más que el cuckold también desee ser cogido por el stud. El stud sólo sirve a la cuckoldress.







Renuncia a esa estúpida pequeño-burguesa idea, poco valiosa en ti, que es malo traicionar a tu esposo y tener otros amantes cuando tengas ese deseo.

Leopoldo Sacher Masoch



Patrick Nagel y su arte minimalista

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   En 1974, la revista Playboy contrató a un joven dibujante nacido en Ohio pero educado en Los Angeles para ilustrar con erotismo e imaginación algunos de sus célebres reportajes. Patrick Nagel inició así su corta pero muy prolífica carrera que finalizó repentinamente diez años después cuando la muerte lo sorprendió a los treinta y ocho años. Patrick es hoy considerado uno de los máximos representantes de la escuela minimalista al representar toda la sensualidad de la figura femenina desde la sencillez de unas pocas líneas. La mayor colección de sus trabajos originales permanece hasta hoy en la mansión Playboy. Estas son algunas de sus obras que figuran en la web y es un placer compartirlas con mis lectores.

























































Tacones altos de deseo

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   Buena parte del mejor y más costoso calzado femenino proviene de una región italiana, la Emilia. Una zona agrícola por excelencia, en donde las granjas  y campos se intercalan con una sucesión de pequeñas fábricas que producen para los más famosos nombres de la moda: Rossi, Louboutin, Chanel, Ferragamo, Armani, Prada, Gucci, McQueen. Auténtica nursery de fantasías, en esta zona nacen los sensuales y carísimos objetos de deseo que las más cotizadas topmodels, cantantes y actrices lucen sobre las alfombras rojas de los grandes eventos del mundo entero. 

    Francesco Russo es el director del staff de diseño de Sergio Rossi La marca Sergio Rossipertenece al grupo PPR, cuyo presidente Francois Pinault se casó en Venecia con Salma Hayek. Como no podía ser de otro modo, Salma lució en la boda un par de zapatos pumps o salón especialmente diseñados por Russo. Bautizado Cachet, tiene cuatro centímetros de plataforma escondida, lo que le permitió a Salma dar un sí, quiero muy sensual desde catorce centímetros de altura. Cachet sigue siendo uno de los más vendidos de la marca, junto a la sexy sandalia de talón abierto Mermaid. 



Cachet

Mermaid



   
    Russo suele afirmar que fabricar zapatos altos de calidad equivale a ejecutar una magistral obra de arquitectura. Diseña cerca de setecientos modelos al año y explica que del diseño a la caja, se requieren por lo menos ciento diez pasos. El buen diseñador nunca debe olvidar que no sólo se trata de belleza y sensualidad porque el zapato de taco alto no deja de ser una estructura inclinada que debe soportar el cuerpo de una mujer sin generarle incomodidades. El talón del zapato sostiene el peso y el taco debe encontrarse exactamente por debajo para que el zapato toque el suelo bajo el centro del hueso del talón. Los zapatos de taco alto se arman con una placa de metal en el cambrillón (el centro de la suela) y otra en el talón. Si la mujer no se siente firme al caminar, generalmente es porque el acero no es lo suficientemente fuerte. 

    El máximo taco que Russo ha creado para Sergio Rossi es de 10 cm sin plataforma, si bien cuando trabajaba para Yves St Laurent, se atrevió con un diseño que se elevaba a 11.5 cm del suelo. Hoy Russo sostiene que si el taco supera los diez centímetros, la mujer empieza a caminar de manera extraña y pierde elegancia. El argentino Ricky Sarkany opina lo mismo. Pasados los diez centímetros de altura, no puede existir un zapato sin plataforma, aunque esté oculta. Lo estético no puede desentenderse de lo ergonómico. Gracias a las megaplataformas, las mujeres de pies pequeños podemos calzarnos las imponentes botas de dominatriz que nos permiten alcanzar lujuriosas alturas casi irreales. Nosotras somos la encarnación de la historia del zapatito de Cenicienta, pero en versión sado.

   Nuestros agradecidos sumisos adoradores son los que más disfrutan de nuestros divinos taconazos cuando los besan, los lamen y ponen sus espaldas y sus culos a nuestra disposición con tal de sentir nuestras pisadas. No sería lo mismo para Nosotras ni tampoco para ellos si tuviéramos que arrastrarnos cerca del suelo. Cuando un hombre sueña con travestirse, lo primero que busca es poder meter sus pies dentro de un par de zapatos de taco alto. Las sandalias de talón abierto número cuarenta suelen ser las más elegidas por las chicas crossdressers; es el máximo número para mujeres que puede encontrarse corrientemente y es el diseño que más se adapta a los pies masculinos. Ella nunca olvidará la femineidad de sus primeros pasos ni esa primera imagen devuelta por el espejo. Para millones de mujeres y crossdressers alrededor del mundo, los tacos altos han dejado de ser moda y se han convertido en símbolos de status y poder femenino.

   Los médicos insisten: ningún tacón debería superar los cuatro centímetros. Pero ninguna de nosotras estamos dispuestas a renunciar a uno de nuestros más sagrados objetos de deseo. Desde muy chicas, hemos aprendido que las grandes noches femeninas son para vivirlas desde ahí arriba, desafiando la gravedad y flotando en el vértigo de las alturas. Nadie nos podrá convencer de lo contrario.








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